A través de los techos y los suelos entra en un espacio una gran cantidad de ruido, procedente de los pisos vecinos. La solución, en este caso, consiste en colocar un techos acústicos.
Estos techos tienen por finalidad el aportar unos niveles de aislamiento para lograr una acústica confortable, controlando efectivamente las reflexiones del sonido (ecos) y mejorando los tiempos de reverberación del local, consiguiendo adaptar la acústica de un área especifica según las necesidades.
Aplicaciones de los techos acústicos
La instalación de cubiertas acústicas suele realizar en grandes e importantes proyectos oficinas, despachos, restaurantes, bares, cafeterías, emisoras de radio, estudios, home cinema, platós de TV, cines, teatros, locales de ensayo, comercios, grandes almacenes, hoteles, hospitales, ambulatorios, gimnasios, etc.
Para su diseño es fundamental que se conozca perfectamente los niveles de aislamiento exigidos del local a aislar y conseguir ese aislamiento a base de ir intercalando una serie de capas combinando diferentes materiales en diferentes densidades y espesores con objeto de conseguir con el menor número de capas posibles.
Los techos acústicos a menudo están sometidas a muchas perforaciones sea para lucernarios o exutorios de humos, dificultando estos los resultados acústicos. Se ha de tener también en consideración que a las cubiertas también se le exige comportamiento y resistencia al fuego no pudiéndose utilizar materiales inflamables .
Techos acusticos suspendidos decorativos
En los despachos abiertos, los ruidos de fondo no permiten una buena concentración y contribuyen a aumentar el stress. La arquitectura contemporánea usa materiales cada vez más reflectantes tales como el vidrio y el hormigón por eso es importante aportar soluciones innovadoras para corregir la acústica sin interferir en la arquitectura ya existente. Los techos acústicos decorativos pueden ser suspendidas bajo el techo, se les puede incorporar luminarias con el fin de proponer una solución acústica completa.
Criterios para la calidad acústica
La calidad acústica se calcula a través de dos criterios fundamentales: absorción y aislamiento o atenuación acústica. La absorción es la capacidad que tiene el material de evitar que el sonido rebote y vuelva. El aislamiento describe la capacidad de reducir la transmisión de un sonido entre dos ambientes que comparten un pleno de techo común.
Los factores que influyen en las prestaciones acústicas de un techo acústico son la porosidad, el espesor y la densidad. Cuanto más poroso sea el producto, más absorción ofrecerá, aunque disminuirá el aislamiento. Cuando aumenta el espesor del producto, también crece tanto la absorción como el aislamiento. Finalmente, con un mayor nivel de densidad decrece la absorción, pero, a cambio, aumenta el aislamiento.