las seis hormonas del estrés y sus efectos en el organismo

Son diversas las maneras en las que una persona puede responder frente a una situación estresante, puesto que esta constituye una respuesta subjetiva y personal que dependerá de cómo la persona perciba y experimente dicha situación.

Sin embargo ,existen una serie de procesos y reacciones fisiológicas comunes a todas las personas. Estas reacciones vienen desencadenadas por una serie de efectos producidos por las hormonas relacionadas con el estrés.

¿Qué es el estrés?

Cuando una persona experimenta un estado de tensión y ansiedad durante un período de tiempo continuo está viviendo lo que se conoce como estrés. Este estado puede originar todo un abanico de afecciones físicas así como una molesta sensación de pesadumbre en la persona que lo sufre.

Estas hormonas son liberadas desde el cerebro hasta todos los rincones de nuestro cuerpo, provocando, tal y como se comenta, un gran número de cambios físicos y fisiológicos.

Hormonas relacionadas con el estrés

Como se menciona anteriormente, las hormonas implicadas en la respuesta de estrés actúan sobre otras hormonas modificando su acción sobre el cuerpo.

1. Cortisol

El cortisol se ha establecido como la hormona del estrés por antonomasia. La razón es que el cuerpo, ante circunstancias estresantes o de emergencia, produce y libera grandes cantidades de esta hormona, la cual sirve como detonante para responder a dicha situación de forma rápida y hábil.

En circunstancias de normalidad la energía que genera nuestro cuerpo va dirigida a ejecutar las diferentes tareas metabólicas que mantienen el equilibrio de las funciones corporales. Sin embargo, ante la aparición de un evento estresante el cerebro genera una serie de señales que viajan hasta las glándulas adrenales, las cuales comienzan a liberar grandes cantidades de cortisol.

Una vez liberado el cortisol, este se encarga de la descarga de glucosa en sangre. La glucosa genera una gran cantidad de energía en los músculos, los cuales pueden moverse con mayor rapidez y ofrecer una respuesta al estímulo mucho más inmediata. Cuando el elemento estresante desaparece, los niveles de cortisol se restauran y organismo vuelve a la normalidad.

2. El glucagón

La hormona llamada glucagón se sintetiza mediante las células del páncreas y su principal foco de actuación se centra en el metabolismo de los hidratos de carbono.

El cometido principal de esta hormona se basa dejar que el hígado libere glucosa en los momentos en los que nuestro cuerpo la necesita, bien por una situación estresante con el objetivo de activar los músculos o bien porque los niveles de glucosa en sangre sean bajos.

Ante una situación de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón al torrente sanguíneo para cargar de energía nuestro cuerpo. Este desequilibrio hormonal, aunque útil en situaciones de amenaza puede resultar peligroso en personas que padecen algún tipo de diabetes.

3. Prolactina

A pesar de que esta hormona sea conocida por su implicación en la secreción de la leche durante el periodo de lactancia, los niveles de prolactina pueden verse seriamente afectados ante situaciones de estrés que se prolongan en el tiempo, llegando a provocar hiperprolactinemia.

Tal y como su propio nombre indica, la hiperprolactinemia se refiere a un incremento de los niveles de prolactina en sangre. Esta mayor presencia de prolactina en sangre inhibe, mediante diferentes mecanismos, la liberación de hormonas hipotalámicas encargadas de la sintetización de estrógenos.

Como consecuencia, la inhibición de las hormonas sexuales femeninas acarrean en la mujer la reducción de los estrógenos, alteraciones menstruales e, incluso, falta de ovulación.

4. Hormonas sexuales

Ante circunstancias estresantes, las hormonas sexuales conocidas como testosterona, estrógenos y progesterona ven perturbado su funcionamiento normal.

4.1. Testosterona y estrés

La testosterona, hormona sexual masculina por mérito propio, es la encargada del desarrollo de las características sexuales masculinas, así como de la respuesta sexual.

Cuando la persona experimenta niveles de estrés altos durante largos periodos de tiempo, la producción de testosterona disminuye, ya que el cuerpo prioriza la liberación de otras hormonas como el cortisol, más útiles ante situaciones de estrés o peligro.

Fruto de este sometimiento prolongado a los efectos de la inhibición de la testosterona, la persona puede experimentar problemas sexuales como impotencia, disfunción eréctil o falta de deseo sexual.

4.2. Estrógenos

Como se menciona anteriormente, los altos niveles de estrés disminuyen la liberación de estrógenos, perturbando el funcionamiento sexual normal de la mujer.

No obstante, la correspondencia entre estrógenos y estrés se produce de forma bidireccional. De forma que los efectos del estrés contribuyen a la reducción del nivel de estrógenos y al mismo tiempo estos ejercen una función protectora ante los efectos del estrés.

4.3. Progesterona

La progesterona se elabora en los ovarios y entre sus muchas funciones se encuentra la de ajustar el ciclo menstrual e intervenir en los efectos de los estrógenos, con la finalidad de estos no sobrepasen su estimulación de crecimiento celular.

Cuando una mujer se ve sometida a situaciones o contextos estresantes durante mucho tiempo, la producción de progesterona disminuye, causando una gran cantidad de efectos y síntomas tales como fatiga extrema, aumento de peso, cefaleas, alteraciones en el humor y falta de deseo sexual.